
Desde hace algún tiempo para acá he sentido mucho la soledad de los amigos. Aun cuando no sé por qué mi cerebro y corazón se empeñan en tener esto en cuenta, increíblemente me he trasladado en pensamientos y recuerdos a aquellos momentos vividos, por los cuales les doy gracias a papá Dios que sucedieron.
A lo largo de mi vida siempre he tenido un afán de mantener contacto con buenas personas y creo que lo he logrado, pues aun mantengo relaciones con algunas personas con las que estudié en primaria (y eso que ya no vivimos en esa zona), también con mis vecinos de infancia, ah! mis amigos del liceo y del tecnológico, excelente!!!, los quiero y extraño a rabiar, ustedes realmente tienen el don de “ser gente”, me imagino que lo mas que nos unió era aquello de poder graduarnos todos y aun no conocíamos aquello de tener amigos “por dinero” o “por interés” o tal vez no nos imaginábamos aquellas competencias de supervivencia que nos esperaban al estrenarnos como nuevos profesionales.
La época con mis amigas de rumba, 1 ó 2 veces al mes pa´l Rincón Caribeño y aquellas promesas que nos hacíamos “que apenas sean las 12, nos vamos” jajaja, que ilusas. También mis nuevos amigos que por casualidad los conocí en el mismo tecnológico que por mucho tiempo no pisaba, que bien.
Aunque muchas veces me sienta triste, a la vez me alegra que mi mente solo traiga los recuerdos de los buenos momentos y los malos ratos que en alguna oportunidad haya pasado, pues la verdad no los recuerdo y no me interesan. Total creo que el día que me vaya y ya no esté aquí, lo único que me voy a llevar es esa alegría de haberlos conocido y de lo que haya aprendido como persona al interactuar con cada uno de ustedes.
Tal vez algunos se burlaran al leer esto, pero sé que en el fondo saben que les agradezco el haberse cruzado en mi camino, total para todos siempre tendré una gran sonrisa, una súper carcajada (la misma de toda la vida) y un enorme abrazo.
A la final creo que mi tristeza se debe a que mi único contacto con ustedes es a través de la computadora...
Ahora dejaré de contar de los grandes sentimientos y contemos de lo mundano, mejor...
“¿Será que este fin de semana me ganaré el KINO?” Ojalá... si recuerdo comprarlo, jajaja.
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